Info; data; structure
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En algún sitio leí que información = datos + estructura. Es decir que la información es una colección de datos organizados de tal modo que puedan tener sentido.
Así por ejemplo la colección de datos البيانات (como sucesión tipográfica) tiene un abanico de sentidos posibles para quién lee en árabe (datos) y otro para quién lee ingles. Quizá quién lea ingles puede identificar que se trata de una palabra porque habitualmente designamos de ese modo la sucesión de símbolos, quizá incluso interpréte que se trata de una palabra en árabe pero muy probablemente el tipo de información que le aproxime sea del tipo “unknown word”. Los datos son los átomos con los que construimos significado, por decirlo de algún modo, son código y valor en el sentido de variable. Así tenemos de un lado el dato como valor en sentido estricto y del otro lado un intérprete que sea capaz de operar asimilando el valor. Supongo que si avanzase por este camino, diría que el dato es en sí mismo una información en su mínima expresión y por tanto si tuviese que respetar mi primera aproximación no podría sostener que la información es dato + estructura. Tendrán que disculparme pero esto es algo así como un pensar mientras escribo y quizá, espero en algún momento, resulte una forma especialmente apropiada para tratar el tema. Indulge me.
¿Qué es lo que diferencia al dato de la información teniendo en cuenta que el dato tiene por si mismo una estructura? Me animo a decir que su irreductibilidad. Es dato todo lo que no pueda ser reducido a componentes. Por tanto y siempre pensado desde una óptica, ¿como digo esto?, sistémica, desde un mismo sistema es dato aquello que no puede ser reducido sin residuo. Así por ejemplo 40km/h es un dato para un ejercicio escolar de física y es información de alto nivel (tomemos prestado el concepto de niveles de los lenguajes computacionales) para quien se pregunta por la naturaleza del tiempo y el espacio.
El tema de reducciones y residuos tiene importancia por cuanto desde una perspectiva metodológica muy básica, llegar al dato así comprendido permitiría operar con un grado suficiente de certeza en términos de relación. Lo propio del dato es su operabilidad máxima con el máximo de certeza correlacional. Afectar el dato significa afectar conceptualmente una única variable y por ello las inferencias que se siguen cuentan con un grado de confianza mayor, son metodológicamente correctas.
Ahora bien, ¿de que va este asunto de datos, estructura e información? Mucho antes de empezar a escribir, mucho antes de tener un sistema codificado de representación del mundo, de relaciones en el mundo (lo primero de la escritura es la contabilidad, tablas del debe y el haber administradas por sacerdotes que gestionaban las existencias del templo, fundamentalmente en forma de granos, posteriormente, esta misma función sacerdotal orienta la escritura a la codificación ritual y/o la revelación divina) mucho antes, digo, existió una representación de código menos estricto y quizá más analógico o natural. Las cuevas en Altamira son un ejemplo, un ejemplo que además sigue guardando relación con poderes invisibles y sagrados. Altamira es una forma de representación de datos (puden mirar Kant y el Ornitorrinco pag. 150 para apoyar la perspectiva "dato") que la apoyatura de su composición orienta al interprete para desentrañar la información. Y cosa curiosa y maravillosa, aquellos supieron que esa información, esa representación de datos en forma de ¿bisonte? les permitía operar con el objeto de su referencia (las palabras hacen lo mismo con sus objetos en sentido amplio, no hablo aquí estrictamente de facticidad). Voy a dejar el ejemplo de los bisontes porque, como casi todo, lo conozco de oídas y resulta difícil hablar de operatividad haciendo entrar a la divinidad en la ecuación en tiempo presente (aun cuando la clase sacerdotal habitualmente justificó su existencia en virtud de tal capacidad) y voy a dirigirme al primer ejemplo de representación de datos profanos del que tengamos noción. Quizá sea allí en su origen donde podamos buscar los datos que permitan comprender de que se trata y cuál es su función.
El mapa
La cartografía es lo primero. Antes, mucho antes, de que comenzáramos a producir las primeras contabilidades o a construir esa tecnología que permitía a los vivos escuchar a los muertos, tal es el poder de la escritura, hicimos mapas. Un mapa tiene tres momentos: el de la traza, el de la planificación y el de transito. El habito civil suele hacer coincidir o diferenciar poco el momento de planificación y de transito, mucho más hoy día cuando es una máquina la que realiza las tareas de planificación (debería decir que en realidad cumple los tres momentos). Pero si vamos a una guía T, y revisamos la operatoria encontramos que:
1 Buscamos la calle y altura
2 buscamos el registro de colectivo (la t es de transporte así que no se usa para navegar)
3 memorizamos algunas de las calles aledañas al punto de arribo
4 retroalimentamos poco antes de arribar
Un mapa es una colección de datos acerca de un ámbito topológico específico (estoy evitando geográfico porque en algún punto geografía y mapa es la misma cosa o al menos un mapa ha sido una forma geográfica o un microaccidente geográfico producido por el hombre [leer "Del rigor del lenguaje").
La representación de estos datos, entendidos como propiedades y que en una guía t pueden ser definidos con las propiedades del vector (origen, dirección, sentido, modulo) + un sistema de referencia, bien podría prescindir de su representación cartográfica y ser de todos modos preciso. La representación cartográfica procura dar al conjunto de datos un modo de aprehensión eficiente en función del intérprete al que está dirigido y es por otra parte una organización que simplifica y diluye elementos considerados despreciables. Así por ejemplo una guía T no indica si una calle es de adoquines o de asfalto pero habitualmente los mapas ruteros indican la superficie de la ruta representada. Un mapa es la representación de un conjunto de datos recortados de modo más o menos arbitrario y representado de forma gráfica.
El objeto de los mapas no se agota en el transito, sencillamente ocurre que lo más frecuente en un mapa de la ciudad para el normal de los ciudadanos, el transito sea su único interés. Pero también es muy común acceder a mapas que reflejen distribuciones. Así si tuvieramos que construir una empresa de telecomunicaciones nos interesaría saber cual es la distribución de la utilización de telefonía para ubicar nuestras antenas en aquellas zonas que registren demanda más alta por superficie y si se tratase de una empresa civica ubicarlas en aquellas zonas donde aún no existen independientemente del retorno comercial. Esto es georeferenciar. El tradicional mapa político, hidrográfico y de transportes da paso a una nueva generación de mapas denominada georeferencia.
¿Porque la georeferencia? Sonares, radares y otros comisarios.
Primero que nada porque podemos. Es interesante como se reproduce la paradoja del huevo o la gallina. Si no existiese el concepto de mutación no sé como se resolvería este asunto. Pero lo cierto es que trazar mapas es cada vez más sencillo. Si hay algo que las máquinas pueden hacer rápido y barato es operar y representar datos. Porque la rapidez es un tema sensible en la traza de ciertos mapas. El movimiento de los continentes, por más que sea un hecho con buen acopio probatorio, evidentemente no necesita de la corrección
cartográfica ni siquiera hace mención de ello Borges en aquel poema (o quizá lo contrario),los orográficos seguramente requiriesen actualización más o menos frecuente, especialmente las cartas náuticas. Un mapa sobre distribución aérea sin embargo, suele requerir actualización perpetua e inmediata (el sonar es el primer mapa náutico de acutalización prácticamente constante, el radar es es su correlato aéreo). Si bien la utilidad de los mapas tradicionales no se encuentra en peligro, los datos estructurados por ellos han dejado de ser una ventaja definitiva, conocer el campo de la justa es un mandamiento que recorren futbolistas y militares por igual. El mapa, cualquier mapa, representa el escenario de operaciones y determinadas disciplinas no pueden darse el lujo de hacer coincidir la traza con el transito y la planificación (aun cuando los sistemas de navegación procuren hacer esto, cuentan con un conjunto amplio de conocimientos de las propiedades del mundo que les rodea). La traza de un mapa está reservada a quienes tengan espíritu de aventura y no a la satisfacción de una necesidad operativa inmediata.
Para ir abreviando que ya no tengo energías para continuar. Un mapa, georeferenciado o no, procura brindar información sobre un entorno. Lo interesante de los mapas no solo es esa colección de datos organizados y volvamos al primer mapa, no es solo la información que brinda sobre el entorno, es su escala. Las escalas permiten obtener una perspectiva y configurar un valor significativo que es imposible o poco probable puestos sobre la dimensión misma del objeto de referencia. El concepto de escala, tan asociado a la música, como relación de intervalos, constituye un evento significativo y novedoso. La escala ha sido una herramienta epistemológica fecunda (me pregunto si la mecánica de Plank no restringiría las escalas posibles a múltiplos de un quanto), que supone que conocer un objeto es conocer una relación de proporción y que por tanto existe una particular identidad entre objetos que guardan una misma relación proporcional.
(Me permito un ejemplo con algo que no entendí hasta que leí acerca de las unidades naturales. Nunca había entendido porqué E=mc2 termina siendo que energía y masa son los pares de una igualdad. Si tomamos la velocidad de la luz como 300.000 km/s y lo elevamos al cuadrado (c es la velocidad de la luz) no veo como puedo inferir que energía y masa son iguales. Pero si utilizamos las unidades naturales teniendo en cuenta que la velocidad de la luz es una constante, entonces c=1, luego E=m.)